lunes, marzo 14, 2005

La tierra es tuya... o de nadie (part 3)

Se me avecina una tormenta, y no puedo dejarme en el espejo. Creo que oigo los gritos del viejo casero, indicando que le ayude a tapar goteras.
Hoy me ha sonreído de nuevo, y, para peor, me ha sacado la lengua... ¿por quién me toma? Tan solo su déspota mirada nubla todo otro pensamiento, y no puedo evitar ver la ira e indignación, en medio de esa furibunda cara, porque sé que también le hago algo parecido. Entonces, he visto algo que me ha dejado pensando.
Cerré los ojos, pero, cuando los volví a abrir, aquella mirada no se había retirado de mi, ni siquiera había cerrado los ojos... solo me miraba con los ojos abiertos, muy abiertos, y... me hizo una mueca pueril, pero tétrica, en medio de la tormenta. Hablé bajito durante mucho tiempo, inclusive sin saber lo que decía, tan solo por el placer de ver que io movía la boca, que podía verme moviendo la boca... pero... no se me sale de la mente...

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