domingo, junio 17, 2007

Cosas que no haremos, titulos trillados a las 2 de la mañana

No hablaremos de los viernes y los amigos que no podremos ver. Ni hablaremos del caos vehicular de los miércoles.

No hablaremos de cómo cambian de color las hojas a lo largo del año, ni de lo tonto que es poner postes en una ciudad que mira al piso, de lo embarazoso que es que te encuentren murmurando en la calle, pero lo de necesario que parece a veces. No hablaremos de las canciones que odiamos pero igual, secretamente y atentando contra todo nuestro ser, se nos pegan y cantamos mentalmente.

No hablaremos de los barrios que no duermen y de los tipos que tiran botellas de vidrio contra los autos, de cómo una rosa puede contener todas las tonalidades de rojo, hasta alcanzar el negro y el rosado pálido, tan solo con olvidarla. No hablaremos de los asientos de la plaza, o de las criaturas que leí de niño que vivían en el sol. No hablaremos de la NX, de los nuevos nightmares y la Ópera "Carmen", que ahora se llama "Bullfighters song", previo mixeo de Yahpp, ni de las 14 clasificaciones de free stylers que me inventé cuando tenía tiempo en la sala del dentista.

No me contarás de tu rutina diaria, si la odias o la amas; ni de las cosas que te parecen graciosas, no me contarás de la mínima variación en una nota que acabó por cambiar totalmente una canción, o del cosplay que planeaste alguna vez. No me contarás de tus amigas, que gritan e interrumpen, ni de las numerosas salas en las que te presentaste cuando bailabas. No veré tus pies, para ver si tu empeine es, de verdad, el de una bailarina.

No jugaremos con la forma de los instrumentos musicales, ni pedirás dinero tocando en la plaza, no me comentarás como esta tu familia (Ñam ñam), ni te preguntaré tímidamente si ya regalaste todos los hijos de Lilith.

No hablaremos esta tarde, y eso ya me ha quedado claro.

Seguimos rescatando algunas de las cosas que posteé en mi fotolog. A veces los comentarios valían más que las posteadas en sí. Por lo menos para mí. Pero los comentarios no son míos, y aunque amaría cortarlos, editarlos, hacerlos legibles (en algunos casos) y ponerlos acá... no, no lo voy a hacer.

Este texto pertenece a tiempos muy diferentes a los que corren ahora. No tanto por tiempo, o porque algo haya pasado en el mundo, sino en una esfera más pequeña. No importa.

Por otro lado, hablando con la señorita sobre la que escribí esto, ya pude ver uno de sus empeines y sí... lo tiene como el de todas las bailarinas de ballet clásico.

Y ya puedo hablar con ella bien. Ahora que el valor de esa charla es muy diferente. Ojo que dije diferente, no mejor o peor, pero ya ustedes sabrán a qué me refiero.

miércoles, junio 13, 2007

Sandy y Santy; el Guggenheim

El edificio se terminó de construir antes de lo planeado y todos los apartamentos se rentaron, todos menos el 13. Le van a poner "Colinas de Altamirano" y tendrá una galería de pinturas en el hall.

La inauguración de una nueva ruta de vuelo se celebró con una modesta fiesta, a la que Santiago no asistió. El nuevo destino es Kiev y en un año se cancelará por falta de mercado.

Sandra llegó ese mes del extranjero y rentó el apartamento 13 del "Colinas de Altamirano" con indiferencia. Ahí una vecina le habló del Guggenheim. Escuchó con mediano interés y firmó una hojita para que le informaran más en el futuro, y olvidó el asunto.

Santiago se lo escuchó a Reinaldo, su compañero de trabajo y eterno rival, y deseó oír más del Guggenheim. La alusión al museo en el nombre del barco le pareció mitad cómica, mitad extravagante. Robó un folleto.

El Guggenheim zarparía de Perú con rumbo a Norte América, para luego dirigirse a Hawaii, donde luego podría dar vueltas o estacionarse durante tres semanas.

Santi llamó una vez, y hasta reservó un lugar, pero luego no recordó confirmar la reserva. Sandy asistió a una reunión explicativa y finalmente se animó a comprarse un pasaje, mismo que luego canceló porque no se sentía lista para usar un traje de baño. El Guggenheim partiría sin ellos.

No se enamorarán en cuanto se vean, ni intercambiarán miradas fugaces durante la cena de la primera noche, no pensarán que el otro les esta observando, mientras se buscan con fingida distracción deambulando por pasillos y cubiertas, no jurarán amor ni pensarán que fusionan sus almas eternamente en planos inexplicables a la vez que sus cuerpos se consumen en un fuego muy sensible.

Caminarán meditabundos por las calles de una ciudad que esconde al uno del otro, pensarán un par de veces en el crucero que perdieron.

Pero, por otro lado, tampoco morirán cuando el Guggenheim se hunda en el camino, en medio océano y sin tierra cerca.

Editado del original publicado en mi fotolog.

Crónicas del orígen de la Tríada VI, VII

VI. Una tarde traduciendo

Llegamos a las 11 de la noche, dos semanas después de haber partido de nuestra ciudad, a New Incheon. El primer día nos alojamos en "Hollywood", un lugar pequeño y humilde. Por primera vez las chicas durmieron con el lejano ruido de las sirenas y con las explosiones y los gritos apagados en lugares anónimos de la ciudad. Creo que Antoinette lloró al amanecer.

Al día siguiente, temprano, viajamos a la biblioteca central. Nos instalamos en el subsuelo y preparamos nuestras cosas para trabajar mientras el encargado iba a buscar los textos, celosamente guardados.

New Incheon no tenía ni diez años de vida, fundada por migrantes de ciudades coreanas que estaban en guerra. Hace cinco años un mal gobernador la metió a la guerra en menos de una noche.

El texto en cuestión provenía de las cenizas de ciudades de Irán. Sin embargo no estaba en persa antiguo u otro idioma del medio oriente. Era un texto en un extraño idioma, escrito con caracteres latinos, árabes y caracteres mezclados. Había sido un experimento fallido por unificar ambas lenguas cultas durante la época de la expansión del Islam por europa, en el siglo XII.

Descifrarlo no era tan difícil como saber el sentido alegórico del texto, donde nos estábamos tardando. El texto principal al parecer era una oración, aunque no podíamos estar seguros de ello, pues la introducción todavía no nos había llegado.

Una tarde, cuando ya teníamos la primera estrofa traducida, descubrimos que los caracteres aún tenían equivalencias sonoras identificables. O sea, todavía se podían leer en su idioma original. Eso nos emocionó mucho.

Юлия (Yulia) se apareció esa tarde con una bandeja de café y se sentó a mi lado. La miré con ternura, pues me encantaban sus pequeñas atenciones para con el grupo. Antoinette no tomó más que un vaso. Юлия, por otro lado, se quedó hasta tarde ese día, enfrascada en una línea oscura del texto. Sonreí ante su compromiso, pues ahora nuestra misión no solo era traducirlo, todos habíamos hecho un trato silencioso de traducir el texto, pero también encontrar ese idioma perdido.

Pasaron unos días, y una tarde, Юлия me dijo que me amaba. La palabra me pareció exagerada, pero entendí la escencia. Se apoyó en mi hombro, subió los pies en la silla a su lado, y se recostó en mí mientras leía la quinta estrofa, que había traducido casi toda ella sola. Oírla pronunciar un idioma perdido con tal limpieza me producía escalofríos, y temía estar cayendo de nuevo en el encantamiento de una nacida perfecta.

De pronto a ambos se nos borró la sonrisa, pues notamos que no era yo el que temblaba por su voz, o ella que temblaba al sentirse tan cerca mío, sino que temblábamos ambos, todo el cuarto. Algunas cosas flotaban a uno o dos centímetros de donde estaban apoyados.

Antoinette apareció en ese instante y se nos quedó mirando con la boca abierta.

VII. Lectura

Nos tardamos tres semanas más en terminar de traducir el texto. Repetimos una por una las palabras de la quinta estrofa, pero ninguna, por sí sola, causaba el extraño efecto que habíamos visto ese día que Юлия (Yulia) leyó la estrofa por primera y última vez.

El texto era una oración, pero más que eso, algo así como una invocación. Idiomas perdidos y ritos olvidados en medio de épocas de guerra. La humanidad no ha cambiado, solo la magia que teme.

Le leímos la traducción al encargado de los archivos de New Incheon, pero decidimos presentar nuestra obra maestra, la oración leída en su idioma original, en medio de una modesta conferencia de prensa, en dos semanas.

Para ese día invitamos a toda la comunidad científica, aunque no esperábamos que alguien se arriesgase a salir de su ciudad, ni siquiera por un idioma descifrado. Sin embargo en los siguientes días recibimos algunos especialistas en el área de la lingüística y ramas afines.

Ese día nos sentamos los tres delante de unos pocos periodistas y algunos de la comunidad científica y Юлия explicó tecnisismos del área los primeros 15 minutos. Luego Antoinette tomó el micrófono y explicó el contenido alegórico del texto, una de las áreas que más nos había costado.

El primer párrafo contaba las virtudes de la tierra, los cielos y los mares, el segundo sobre las criaturas de los cielos, la tierra y los mares, el tercero hablaba de Las Virtudes, todas hechas un Dios, único en escencia, pero muchos en forma, en cuanto todo lo que vemos habla de Él, el cuarto hablaba de la conjunción de la materia con algo que el texto definía como "la semi-materia", que era algo así como "lo que va a ser, pero todavía no es", que está presente desde el principio del tiempo presente, y que es visible mediante el trance.

El quinto, era más que la simple oración, que hasta ahora sólo relataba las maravillas y agradecía por ellas, era casi una invocación. Una enumeración rítmica e hipnótica de un llamado, humilde pero terminante. El sexto suplicaba que La Trinidad se hiciese presente, y explicaba que esta oración no se rezaría, ni semejantes cosas se pedirían, si la situación no lo ameritara.

Cuando terminó de explicar el sentido alegórico yo tomé el micrófono y comencé a leer la oración en su idioma original.

Mientras enumeraba las maravillas y las bestias y seres del cielo, la tierra y del mar podía verlos con nitidez en mi mente, incluso a aquellos que no conocía. Cuando intenté pasar al tercer párrafo mi voz desapareció, y no pude continuar. La gente se incomodó un poco, pero Antoinette tomó el micrófono y continuó leyendo el tercer y el cuarto párrafo. Durante el tercer párrafo noté que la luz era palpable. Si, no sé como, y ni siquiera puedo precisar la textura, pero la luz se podía tocar. El fenómeno se repitió, Antoinette perdió la voz también, y, como era de esperarse, algunas personas se pusieron muy incómodas.

Юлия supo salir bien de la incómoda situación, y mencionó algo sobre que los tres querían leer el texto, y aunque muchos no lo creyeron, pudo continuar. Cuando comenzó a leer el quinto párrafo me tomó de la mano, y cuando, al final de este, las cosas se pusieron a flotar como la primera vez, Antoinette también.

El público estaba eufórico, los invitados fuera de sí, algunos habían huído. Por otro lado, la mayoría de los medios se conservaban espectantes; asustados, si, pero hipnotizados y ansiosos con lo que estaba por pasar.

Volqué a ver a Юлия y ella también estaba en trance. Después de la primera línea noté que ya no hablaba con su voz, y cuando leía la segunda un viento se desató dentro de la sala. Mi voz, yo no había hablado pero lo sabía, era otra, y Antoinette esperaba algo parecido.

Sus cabellos volaban por los aires mientras terminaba de leer, con voz poderosa y los ojos brillantes, la oración. Terminó justo a tiempo para que la jalara al suelo. Una cámara se estrelló justo sobre nuestras cabezas, y la oración que habíamos traducido estaba cambiando el mundo para siempre.


Los anteriores textos fueron publicados por episodios en mi fotolog el mes pasado. Los floggers, al parecer, no son muy dados a la lectura, y la mayoría de los textos en mi fotolog son escasamente leídos; y en muchos casos por bloggers. De todos modos los publico en mi flog por la masividad del medio, que una de mis metas es fomentar a la lectura (en serio ._.).

Esta historia de VII capítulos es un preámbulo a las sagas de La Tríada, que tienen más perfil para ser novela gráfica (cómic) que otra cosa.