sábado, agosto 06, 2005

Tengo...

Un día caminaba dentro de mi mente, y me tropezé con que hay muchos baches. Creía que había solucionado eso, pero las divagaciones mías siguen siendo... nuevas rutas por caminos desconocidos... y muchas veces remeditar sobre algo no ha afinado ese lugar, ni cubierto todas las lagunas, sino tan solo alargado el camino, pulido algunos sectores, si, pero principalmente alargado la vía.
Creía que conocía como soy, pero cada vez me doy cuenta que me puedo sorprender, y eso me gusta. Por lo menos no me aburro estando conmigo, cerrar los ojos e imaginar es cosa de un segundo, y mi imaginación todavía no anda tan embotada, inclusive con el bombardeo de imaginación ajena a la que lo someto.
Creo que se me quiere y respeta, y descubro que no es necesario... bueno, no es pertinente, en realidad, preguntar a la gente qué siente por mi. No hace falta, las cosas esas se muestran solitas, y es momento de observar, en vez de preguntar. Se han pasado de moda los contratos verbales, y una cultura que no observa ni contempla honorabilidad en la palabra, se escuda en la mentira para mostrarse, al final, con un peso tan grande de las generaciones y generaciones de mentiras que creó, que estas se caen solas, y dejan al descubierto verdades que no buscábamos siquiera.
Tento de admitirte en esta ocasión, no creo que haga falta decirte que eres un cielo más llá de otro cielo, y que no eres una sola persona. Contento de demostrar que te quiero, descubro que mientras más me desencanto, a esta edad, de la humanidad en general y de las personas en particular, más te quiero. No eres nadie en particular, sino mucha gente; y te quiero. Hacer algo por ti, imperfecta, y llena de defectos, tal como soy yo...