domingo, octubre 05, 2008

El siguiente yo en el espejo

Cuando no sabía que los años pesaban, cuando desesperaba por que pasen (esos días existen!), solía observarme en silencio tarde en la noche en el espejo. Me cepillaba los dientes y le sacaba la lengua a mi reflejo solo para ver si alguna vez hacía algo por su cuenta, idea que me aterraba pero que siempre guardaba como esperanza.

Y claro, años después, cuando los años ya me pesaban y cada año que pasaba no solo era una tortura, sino que era un precontrato que pagaba en cuotas de tiempo para mi muerte, solía observarme, regañarme, observarme decepcionado, observarme y hacerme gestos muy seguro de que mi reflejo haría lo mismo, allá en los baños de los locales. La suciedad de mis lentes hacía que mi reflejo brillara, y mi borrachera hacía que sea borrosa.

Pero no fué hasta que tuve un gran espejo de pié apoyado en una pared a lado del asiento de mi computadora que observé algo: Mi reflejo no tenía pies. De hecho a partir de las rodillas mi reflejo se iba haciendo una nebulosa lentamente. Las significativas miradas cómplices que me había estado echando desde mi más tierna infancia de pronto tenían sentido.

Y lo amé. Mi compañero, mi igual, mi cómplice, aquel que me comprendía cuando era necesario, aquel que lloraba mis penas, que sabía reprenderme cuando era necesario, mi amigo secreto, el de las típicas fotos emo tomadas en el espejo...

Últimamente no he hablado mucho con él...
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Con una o dos botellas de cerveza encima los resultados van de mediocres a paupérrimos =P

4 comentarios:

Rafu dijo...

Y se viene el siguiente tu...

Creo q estaré para verlo.

Anónimo dijo...

uhmmm palabras raras para mi primitivo intelecto xD
bueno la verdad no me gusta el espejo, en lo personal todo seria mejor sin ellos ( excepto manejar coche o moto oWo)
salu2

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el post, muchos saludos desde Colombia!

Anónimo dijo...

Buen post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)