martes, octubre 30, 2012

Malestar

Solo me pregunto qué mentiras le contaron o piensa que he dicho. Pues si bien no controlo en una pequeña libreta punto por punto todo lo que haya dicho alguna vez de esa persona, estoy bastante seguro que mentir sobre esa persona o el carácter de su relación conmigo no era parte de mis costumbres.

Sí, tuve que mitigar demonios personales, aplacar malestares que se devenían en enfermedades de una melancolía fatal, entregarme a la idea de un olvido, un pasado, un camino ya envejecido. En el trayecto la esperanza y la desesperanza me hacían volver sobre mis pasos constantemente, de nuevo pensar que se podía esperar algo diferente. Pero ahí entre mis vaivenes de ánimo y confianza me contaba a mí, me explayaba quizás con dolor o simple pateticismo con los demás, no intentaba adivinar, no inventaba, interpretaba y elucubraba quizás, pero nunca inventaba reacciones de la otra persona.

Ahora solo me queda preguntarme, ahí en el vacío del silencio ya inquebrantable, qué mentiras piensa que he dicho. Y supongo que es algo con lo que tendré que vivir.

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