miércoles, marzo 12, 2008

C L C S

Es la una de la mañana y llueve en la ciudad de la rosa. La lluvia se tiñe de un naranja vivo cuando pasa delante de mi ventana, que caprichosamente esta colocada delante de un farol que hace las veces de sol a estas horas. El piso esta cubierto de una fina capa de agua que corre hacia la izquierda de mi ventana, que casualmente es casi casi el oeste geográfico. Sin embargo no corre uniforme. Teje tontas letras X encima de las losetas, hace arrugas minúsculas como las que se hacían sobre la nariz de Lucía cuando solía sonreirme tan sinceramente, forma pequeños bultos sobre el suelo, se arremolina en los huequitos, juega a chocar contra la acera, salta, se apura en otras partes, corre, espero, al mismo lugar al que fueron todas las otras aguas que alguna vez ví delante de esta ventana.

Quisiera tener un cigarro de canela u hojas de té secas, pues es bien sabido en este cuarto que ambos son los acompañantes perfectos para una lluvia. También quisiera haber nacido en 1990. Y llamarme Sergio, o Julián. Nunca Santiago. O Sebastián.

En ese edificio anaranjado allá frente al que esta en frente del mío la lluvia compone ritmos frenéticos para tambor y bombo. Ritmos imposibles e irreproducibles, melodías descabelladas. Me pregunto si se podrán tocar en violín. O en piano.

No, por supuesto que no. A menos que las teclas sean tan delicadas y pequeñas que la lluvia pueda tocarlas con solo caer encima. O que las cuerdas sean tan minúsculas y los chorros tan constantes, que unos puedan hacer de dedos y los otros de arco.

Y ella odia la lluvia y los días fríos, los charcos quizás y supongo que las ranas no le han de caer muy bien. Sin embargo podía absorber todo eso y utilizarlo a su antojo, como aquella tarde de carnavales cuando salió a hablar conmigo en su patio.

Se subestima tanto al intentar encajar tan cómodamente en las vanalidades de su edad (pero, ¿no es eso lo que todos queremos?) y sin embargo aún así la puedes encontrar colocando un cd con poemas y recitándolos de memoria. Sentarse delante de una pantalla a cantar con una voz única, irrepetible y matutina.

Hay muchas cosas que no sabemos. Entre las que ella no ha de saber cuentan la historia de Mongolia, el hecho de que bien podrían regresar todas las belgas a su país y así y todo esa casa no perder lo más bello que tiene, la teoría de la relatividad, un poema en ruso, y que yo hubiera cambiado el viaje de mi vida por un beso suyo. Pero todas esas cosas, espero, las ha de saber alguna vez.

Il est déjà deux heures, la froide aube, そして彼女の心, je voudrais bien ! でも、一つだけ持ってできる。 L’aube est de toute l’humanité, n’est ce pas ?

But it’s too late now for all of that and all the options I have left by now are a warm bed, my dreams and the memories of places, times and minds I was never in:


(El vídeo lo borré a petición de la intérprete).

PD: Beto, ídolo, no pasa un día que no te agradezca.
君のことはまだ大好きだと思うけど。。。もう友達だけになりましたね。
Cette est la ville de la rose, oui, et la rose, elle c’est vous.

2 comentarios:

Rafu dijo...

Te regalo (pero no es mía) esta frase:

Poder decir adiós, es crecer.

- Gustavo Cerati -.

Rafu dijo...
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