viernes, febrero 23, 2007

Venganza (relato)

En vez de despertarse a las 4 de la mañana, como rezaba el plan, Javier decidió quedarse toda la noche despierto. Le era más fácil hacer eso que despertarse a esa escandalosa hora. Se vistió con calma y esperó a que el reloj diera las 4:20. Bajó las escaleras y abrió cuidadosamente la puerta. Efret, su perro, ya estaba ahí. Igual Marco.

Caminaron un poco por las vacías calles, esquivando las calles tomadas ya por los vendedores de periódicos. Efret se subió a la camioneta antes que ellos, y se acomodó en el mejor lugar, arrancaron callados y nerviosos. Efret se puso a dormir casi al instante. Les tomó 10 largos minutos, en los que apenas hablaron, llegar. Thiago segiría durmiendo, seguro.

Sacaron a Efret de la camioneta y él se puso a jugar con la perrita de los vecinos, Lilith. Las posibilidades de ser molestados por ella se descartaron. Bajaron lo necesario y se quedaron a la espera de la señal. Faltando 10 minutos para las 5 de la mañana, el camión de Rüttgercross pasó lento, haciendo escándalo, encubriendo los trémulos ruidos de una cerradura que se fuerza, unos pies que corren, un portallaves que cae. 5 minutos después llamaron a Efret, subieron a la camioneta y arrancaron.

Cantaban los pájaros, salían los humildes obreros de sus casas, Marco se deshacía lentamente de algunas cosas botándolas por la ventana, Efret rascaba el cuero de los asientos. El tiempo pasa, las viudas olvidan, Lilith tendría cachorros (esto no lo sabía nadie todavía), él ayudaría con la venta de la casa, los "amigos" tendrían sus novenas. Regresaba a su casa a dormir de nuevo y quizás, en un par de horas, a recibir la mala noticia.

¿Por qué darle el trabajo a alguien que ya había fracasado en contra de Thiago antes y en tan variadas situaciones? Con la cabeza apoyada en el traqueteo del cristal, Marco tarareando una canción, Efret de nuevo dormido, Javier sonreía. Esta vez, solo esta vez y para siempre, había triunfado.

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